domingo, 27 de abril de 2014

Capítulo 3. Parte 9.

 - No sé lo que somos, pero la verdad es que prefiero no poner etiquetas a nada, lo que tiene que venir vendrá, no quiero hacerme ilusiones con nada, no otra vez- dije seria mirando a Elena.
 - Entiendo, no quieres que vuelva a pasar lo mismo que con Mike, ¿verdad?- me dijo acariciándome la mano.

Asentí y las dos nos miramos nos necesitada de decir nada más, me abrazó con cariño, la verdad es que eso era lo único que necesitaba ahora mismo, el apoyo de mi mejor amiga.
Fuimos al salón donde estaban todos, estaban sentados en el sofá y por lo que parecía a Andrea le estaba cayendo muy bien Justin.

Los chicos se fueron por la noche y nos quedamos Justin y yo solos otra vez en esa casa.

 - Eli, ¿qué quieres para cenar?- preguntó sentándose a mi lado.
 - Algo que no hayas cocinado tú, por favor- riéndome.
 - Eres muy graciosa, ¿no?- dijo acercándose a mí, mirando mis labios.
 - Sí... me lo suelen decir mucho- dije sintiendo sus labios en mi cuello.
 - ¿Ahora no te ríes?- preguntó volviéndome a dar un beso en el cuello acercándose a mi boca.
 - Mmm... creo que ahora tengo ganas de otra cosa- dije notando como poco a poco mi boca se secaba.
 - Ven- dijo cogiéndome de la mano llevándome a su cuarto.

Asentí sin decir ninguna palabra, sabía lo que iba a pasar y un cosquilleo en mi interior empezó a formarse incluso antes de que él me tocara.
Me senté en la cama mirándole fijamente sin decir nada. Se acercó a mi cuello y empezó a besarlo empujándome hacia atrás para tumbarme del todo en la cama.
Jadeé sin poder evitarlo, me quitó la camiseta y empezó a besar mi clavícula. Mi sujetador acabó tirado encima de la cama. Sentí como sus manos acariciaban mis pechos notando como mis pezones se empezaban a endurecer al sentir el dulce y agradable tacto. Mordió mi labio inferior y dejé entrar su lengua en mi boca empezando a jugar con ella. El beso lento se convirtió en un beso rápido y con ganas de más. Los boxers que me había puesto habían desaparecido, noté como uno de sus largos dedos entraba dentro de mí y como empezaba a jugar en mi interior sacándolo una y otra vez. Se quitó lentamente la ropa sin dejar de mirarme fijamente a los ojos.

 - Nena esta vez te lo haré un poco más rápido, si te duele dímelo- dijo dándome un casto y rápido beso.

Asentí sin decir nada, por un segundo mi vista fue a parar a su entrepierna, abrí los ojos con asombro sin poder creer el tamaño que tenía, quité la mirada avergonzada y noté como se reía entredientes al ver mi reacción.
Me tumbó de nuevo en la cama y lentamente empezó a entrar en mí, al principio iba muy despacio dejando que me acostumbrara a la sensación, pero después empezó a empotrarse cada vez más rápido dentro de mí.
Me faltaba poco para llegar al climax que tanto estaba buscando y notaba que a él también le faltaba poco.
Minutos después Justin se tumbó a mi lado con una respiración acelerada, le miré y vi como en su cara había gotas de sudor por la frente y por las patillas, estaba jodidamente sexy de esa manera.

 - Ven- dijo abriéndo su brazo para que me tumbara a su lado.
 - Estoy muy cansada- dije acurrucándome a su lado.
 - Normal, soy un máquina en la cama- dijo haciéndose el creído.
 - Oh bueno, cuidado que estamos hablando con Justin Bieber, el humano más perfecto del mundo- dije con un tono irónico.
 - Esto no ha hecho gracia- dijo serio mirándome.
 - Oh vamos tengo razón eres perfecto, me encantas- dije sincerándome dándole un beso en la mejilla.

Me abrazó fuerte a él y los dos nos dormimos en un profundo sueño dejando paso a nuestra imaginación vagar por nuestra mente.

Me desperté cuando el sol empezó a molestarme, no había nadie a mi lado, me levanté y me puse a buscar en la maleta de Justin unos boxers, no creo que le molestara al fin y al cabo seguro que tiene millones.
Entré al baño, me aseé de la manera más rápida posible y fui a mi cuarto a vestirme.
Cogí de la maleta una camiseta negra que ponía con letras rosas "Dreams come true", me puse unos shorts negros rasgados por los bolsillos y mis Adidas negras. Me hice una trenza de espiga y bajé buscando a Justin por todas partes. Escuché ruido en la cocina  y me dirigí ahí.

 - Oye Justin me he puesto unos de tus boxers espero que no te...- dije quedándome callada.
 - Mmm... hola Eli, ¿qué tal?- preguntó Scooter confundido.
 - Esto... bien, ¿tú cómo estas?- pregunté muy incómoda.
 - Ohh yo bien, un poco sorprendido, pero bien- dijo sonriéndome.
 - Eli, ¿nos puedes esperar en el salón? Scooter y yo tenemos que hablar de negocios- dijo mostrándome una sonrisa sincera.
 - Claro- dije saliendo de ahí lo más rápido posible.

Me senté en uno de los sofás, no tenía nada que hacer, mi móvil estaba por alguna parte, la casa era un completo silencio, solo se oía la voz de Justin hablando con Scooter, no quería escuchar nada de lo que decían, pero un comentario me llamó demasiado la atención.

 - ¿Te la has tirado? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario