sábado, 12 de abril de 2014

Capítulo 3. Parte 6.

Estuvimos un rato andando en silencio hasta que llegamos a una gran casa blanca. Había visto muchas veces aquella casa pasando con el coche y la verdad es que no entendía que hacíamos ahí.

 -¿Qué hacemos aquí Justin?- pregunté confusa mirándole fijamente.
 -Pues estamos en lo que será nuestra casita en las próximas 48 horas, la he alquilado para pasar aquí tu cumpleaños- dijo sonriendo sacando su famosa y encantadora sonrisa.
 -¿Qué has hecho qué?- grité sorprendida.
 -No quería llevarte a ningún hotel, no quería que nadie supiera donde estamos y creo que este es uno de los pocos lugares en los que podemos escondernos por algún tiempo- dijo abriendo la puerta de la casa.
 - Wow, eres increíble, no me puedo creer que hayas hecho esto- dije mirándole a los ojos maravillada.

Entramos en la casa, Justin encendió la luz del pasillo y me llevó al salón. El salón era acogedor, una chimenea, una mesa baja blanca y alrededor dos sofás de cuero blanco. Encima de la mesa había una botella de champán acompañada de dos copas a su lado. Me llevó ahí y me hizo sentarme.

 -Justin esto es...- dije mirando alrededor mía. -Es maravilloso, eres maravilloso y.. yo.. te quiero mucho.

Él no dijo nada, solo me miró y sonrió. Cogió la botella, la abrió y sirvió un poco de esa bebida espumosa en nuestras copas. La noche pasó tranquila, estuvimos hablando de todo lo que habíamos estado haciendo desde que nuestro caminos se separaron, le conté lo ocurrido con Eric, él me contó los nuevos rumores que inundaban su vida, hasta que sentí como mis ojos se cerraban poco a poco.

 -Eli te estas durmiendo, venga vamos a la cama, mañana nos espera un día muy largo- dijo levantándome del sofá.
 -No quiero dormir, quiero quedarme hablando contigo- dije haciendo un pequeño puchero.
 -Venga mañana tendremos todo el día- dijo riéndose de mí.

Me llevo a una habitación, encendió la luz y vi como encima de la cama había una pequeña maleta.

 -En este cuarto vas a dormir tú, te he comprado alguna ropa para hoy y mañana, me voy a dormir pequeña- dijo dándome un beso en la frente y dejándome sola en el cuarto.

Abrí la maleta y pude encontrar un pijama rosa, me vestí rápido y me metí en la cama e intenté dormir. Estuve dando vueltas, pero no podía dormirme, no estaba acostumbrada a dormir sola en una cama desconocida y la verdad es que tenía un poco de miedo.
Salí de la habitación y me encaminé hacía el pasillo.

 -¿Justin?-pregunté entrando en una habitación.
 - Eli, ¿qué pasa?- preguntó confuso levantándose de la cama.
 -Mmm... no puedo dormir sola, ¿puedo dormir contigo?- dije en un susurro.
 -Claro, ven aquí pequeña- dijo haciendo sitio en su cama.
 - Gracias- dije tumbándome a su lado.
 - Eli, te quiero decir una cosa- dijo Justin con un poco de nerviosismo en su voz.
 - Dime- dije mirándole con curiosidad.
 - Después de estar con Selena, había dejado de creer en el amor, había dejado de creer en que mi corazón volvería a palpitar con la misma intensidad con la que lo hacía cuando veía a una persona querida- dijo mirándome con intensidad.
 -Justin, yo...- dije nerviosa.
 -No, espera, déjame terminar, quiero decirte esto- dijo poniendo su mano en mi boca. -Puede que esto suene irónico y también puede que no te lo creas, pero estando té cerca me siento una persona normal, una persona a la que no le siguen millones de paparazzis, me siento una persona capaz de formar un futuro con alguien a la que quiere y creo que tú eres era persona, puede que esto sea muy precipitado, pero tengo ese presentimiento, tú, me gustas... mucho.

No sabía que decir, mi cara ahora mismo era un poema, estaba en shock, no me podía creer que esas palabras hubieran salido de la boca de Justin.

  -Justin, no...no sé que decir, tú también me gustas - dije nerviosa.

En ese momento pude sentir el aliento de Justin cerca del mío, sus ojos marrón claro acercarse cada vez más a mi cara, sentí sus suaves y carnosos labios chocar lentamente con los míos con un beso casto. Me acerqué rápidamente a él y cogí su cuello con mis dos manos y bese esos labios que había estado deseando  y añorando tanto tiempo; había olvidado lo bien que sabían, había olvidado lo bien que besaba y sobre todo había olvidado como palpitaba mi corazón al sentir su tacto por mi cuerpo.

 -Déjame hacerte el amor- dijo con una respiración entrecortada.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario